En las clases en el Conservatorio vitoriano de la mano de Bernaola comenzó Malumbres a escribir sus primeras obras con un nuevo lenguaje. A los pocos meses el maestro reconoció sus aptitudes sentenciando: “Lola ya ha encontrado su camino”. Malumbres no escribe rápido, debido a que su sistema de trabajo, próximo al artesanado, requiere un dilatado y concentrado tiempo de elaboración.
Fue contratada en el Conservatorio Profesional de Música de La Rioja en Logroño para impartir clases durante tres años, entre 1984 y 1987. Son especialmente recordadas sus enseñanzas de los dos cursos de Armonía contemplados en la programación, dentro del denominado “Plan del 66”. Debido a problemas legales por el sistema de contratación de la institución no fue renovada e inicia una sociedad en forma de Academia de música privada junto con Blanca Catalán y Carmen Arana. Este trabajo les requería mucha dedicación y pocos beneficios, por lo que duró poco tiempo.
En 1987 pasa a formar parte de la asociación Iruñeako Taldea, compuesta por compositores navarros con los que realiza proyectos en común. A partir de 1998 se convierte en socia de la Asociación Mujeres en la Música, creada a través del impulso personal de María Luisa Ozaita, con la cual mantiene un estrecho contacto. Esta asociación le pone en relación con diversos festivales de toda España, lo que le permite recibir encargos de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), del Festival de Música de Alicante o de la Asociación de Compositores Madrileños que organiza el festival COMA.
En las clases en el Conservatorio vitoriano de la mano de Bernaola comenzó Malumbres a escribir sus primeras obras con un nuevo lenguaje. A los pocos meses el maestro reconoció sus aptitudes sentenciando: “Lola ya ha encontrado su camino”. Malumbres no escribe rápido, debido a que su sistema de trabajo, próximo al artesanado, requiere un dilatado y concentrado tiempo de elaboración.
Fue contratada en el Conservatorio Profesional de Música de La Rioja en Logroño para impartir clases durante tres años, entre 1984 y 1987. Son especialmente recordadas sus enseñanzas de los dos cursos de Armonía contemplados en la programación, dentro del denominado “Plan del 66”. Debido a problemas legales por el sistema de contratación de la institución no fue renovada e inicia una sociedad en forma de Academia de música privada junto con Blanca Catalán y Carmen Arana. Este trabajo les requería mucha dedicación y pocos beneficios, por lo que duró poco tiempo.
En 1987 pasa a formar parte de la asociación Iruñeako Taldea, compuesta por compositores navarros con los que realiza proyectos en común. A partir de 1998 se convierte en socia de la Asociación Mujeres en la Música, creada a través del impulso personal de María Luisa Ozaita, con la cual mantiene un estrecho contacto. Esta asociación le pone en relación con diversos festivales de toda España, lo que le permite recibir encargos de la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE), del Festival de Música de Alicante o de la Asociación de Compositores Madrileños que organiza el festival COMA.